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Monday, April 26, 2010

PARABOLA DE EL SEMBRADOR

LECTURA: Lucas 8:4-15


4 Juntándose una gran multitud, y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola: 5 El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron.
6 Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad.
7 Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron.
8 Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga.
9 Y sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Qué significa esta parábola?
10 Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.
11 Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios.
12 Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven.
13 Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan.
14 La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.
15 Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.

VERDAD CENTRAL:
La salvación depende de nuestra reacción ante la Palabra.

INTRODUCCIÓN:

La parábola del sembrador es una de las más conocidas de todas las que relató el Señor Jesús. En ella, se nos enseña sobre el gran valor que tiene el que recibamos adecuadamente la Palabra de Dios. Los diferentes tipos de terrenos en que la semilla del evangelio fue sembrada nos habla de las diferentes reacciones que los hombres suelen ofrecer a la predicación del evangelio. Examinemos detalladamente estas reacciones para saber a qué tipo de terreno pertenecemos nosotros.

CUERPO:


1- Los que son atacados por el demonio. Jesús mencionó primero un terreno que estaba junto al camino y que, por lo mismo, su semilla fue comida por las aves (v.5). El mismo Maestro explicó que este terreno representa a "los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven" (v.12). Notemos que en el mismo momento en que la Palabra de Dios es predicada hay una acción constante de Satanás que tiene como fin robar la semilla del evangelio. Cuidémonos de que ninguna perturbación diabólica vaya a robar nuestra atención del mensaje de vida que escuchamos, de lo contrario seremos semejantes a la tierra de junto al camino que no llevó fruto. (1)



2- Los que no soportan las pruebas. Luego sigue la semilla que cayó sobre la piedra; y nacida se secó (v.6). Estos son los que "reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan" (v.13). Estos son los que inician el camino del evangelio sin poseer una verdadera determinación. A las primeras tribulaciones se vuelven a su vida vieja porque no poseen una fe verdadera. Tengamos nosotros cuidado de que nuestra decisión de seguir a Cristo no sea solamente un impulso del momento, sino que sea una experiencia sincera de arrepentimiento y de fe en Dios. (2)

3- Los que son vencidos por los placeres. A continuación mencionó la semilla que es ahogada por los espinos. "Estos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes ...


(1) Rechazo: Salmos 50:17 y 95:8; Isaías 30:12; Jeremías 6:10; Proverbios 28:14.
(2) Doble ánimo: 2 Reyes 17:33; Lucas 16:13; Santiago 1:8 y 4:8; 1 Corintios 10:21



... y las riquezas y los placeres de la vida" (v.14). Estas personas son las que no saben valorar los tesoros que se encuentran en el evangelio, pues, prefieren gozar de las insignificancias de este mundo antes que recibir una corona de gloria. Muchos son los que siguiendo el camino de los placeres abandonaron la fe y no dieron frutos. Cuidémonos para que ningún placer vaya a tomar asiento en nuestro corazón haciendo peligrar nuestra herencia eterna. (1)






4- Los que llevan fruto. Finalmente, tenemos la semilla que cayó en buen terreno y produjo fruto. "Estos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia" (v.15). Notemos que para dar frutos dignos de arrepentimiento no es suficiente con oír la Palabra; miles hay que la escucharon muchas veces y que no obstante se perdieron para siempre. Jesús dijo que era necesario oír con un corazón bueno y recto; es decir, con sinceridad, (2) con verdaderos deseos de aprender y de poner en práctica lo que se escucha. Solamente de esta manera llegaremos a dar frutos a ciento por uno. (3)


APLICACIÓN:

Al finalizar este estudio concluimos una nueva exposición del evangelio. Ahora, ¿cuál será nuestra reacción? ¿Seremos indiferentes dejando que Satanás nos robe la semilla evangélica? ¿Permitiremos que las pruebas o los placeres nos aparten del Camino? Esforcémonos para ofrecer a la Palabra de Dios un corazón sincero y recto. Sólo así tendremos la esperanza de ser salvados por la Palabra de fe.

(1) Preocupación mundana: Salmos 39:6; Eclesiastés 8:16; Mateo 6:31-32 y 13:22 (2) Acogida de la palabra: Salmos 40:6; Proverbios 18:15 y 25:12
(3) Frutos: Salmos 92:13; Ezequiel 47:12; Gálatas 5:22-23; Efesios 5:9; Santiago 3:17.

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