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Friday, April 30, 2010

EL PASTOR Y EL TRABAJO CELULAR

Aunque el trabajo celular es realizado por todos los santos, es el Pastor de cada iglesia el que aplica la orientación que el trabajo ha de tener. Los principios celulares son universales; pero los énfasis son dados por el Pastor de cada congregación local.

Un Pastor puede darle a su trabajo celular un énfasis en la comunión y la fraternidad entre sus miembros.

También el Pastor puede hacer un énfasis en la multiplicación.

Aquel Pastor que hace énfasis en la comunión tendrá células con mucha fraternidad pero poco avance y poca multiplicación.

Por su parte, el Pastor que hace énfasis en la multiplicación tendrá eso: multiplicación.

El Pastor es quien debe ponerse a la cabeza del trabajo celular no solamente para impulsarlo sino también para darle su énfasis.

Es el Pastor con su interés, sus menciones desde el púlpito, sus oraciones, sus motivaciones lo que hará que el trabajo celular de cada iglesia adquiera su propio énfasis. El papel del Pastor es por ello decisivo para los alcances que se pretende alcanzar.
¿Cuál es el énfasis en su caso particular?

CELULAS ROTATIVAS

Al iniciar nuestro trabajo con células, el entusiasmo corrió rápidamente y muchas personas comenzaron a ser invitadas.

Algunos amigos asistieron tantas veces a una célula que llegaron a comprender un poco sobre la dinámica de trabajo.

Pronto aparecieron personas, que sin ser cristianas, solicitaban ser anfitriones para que en su casa se desarrollara una célula. Ante semejante solicitud nos encontramos con una situación que, de alguna manera, rompía con el modelo acostumbrado del trabajo celular.

Para no dar una respuesta negativa que pudiera desalentar a los amigos, decidimos comenzar a trabajar con algunas células rotativas.

Estas son células que funcionan por una, dos o a lo sumo tres semanas en una misma casa.

Luego, rotan para trasladarse a una nueva casa ubicada en las cercanías.

La célula continúa así rotando a menos que una de las familias anfitrionas llegue a la fe del evangelio.

Cuando eso ocurre, la célula se convierte en permanente y no rota más de casa en casa.
Obviamente, la clave para que una célula rotativa no pierda identidad es que el núcleo de la misma esté muy bien consolidado.

Cuando eso sucede, la célula se estructura en torno a sí misma y no en relación a un espacio físico determinado. La casa puede cambiar, pero el núcleo sigue siendo el mismo y se traslada a donde hay necesidad de iluminar con la luz de Cristo.



Las células que rotan de una casa a otra en lapsos de dos a tres semanas, poseen la particularidad que son mucho más inclusivas en términos de alcanzar a personas con el mensaje del evangelio.

Cuando una célula permanente se abre, al principio, existe mucho interés por los vecinos por asistir a ella. Pero, en la medida que los meses pasan, la célula deja de ser novedad y requiere mucho más esfuerzo llevar a los invitados.

La ventaja de las células rotativas es que siempre se mantienen frescas. Dado que solamente permanecen dos o tres semanas en una casa, para luego rotar a otra, siempre son novedad. Siempre hay muchos invitados queriendo conocer lo que es una célula.

Pero, como dije anteriormente, las células rotativas no son nuestra regla.

Su número es muy reducido y se recurre a ellas solamente por necesidades específicas.

La meta es que las células rotativas terminen por convertirse en células permanentes.

No obstante, quería compartir esta variante de nuestro trabajo. Quiero insistir que una célula rotativa solamente funciona cuando posee un núcleo muy bien consolidado. Cuando la célula no depende de una casa sino de sí misma.